domingo, 31 de enero de 2016

Los niños que llamaban a nuestra puerta son cazados por los lobos

Miles de niños refugiados son raptados por redes de tráfico de personas, eso quiere decir “trafico de esclavos”. Nos lo han contado los periódicos el último día de enero No saben exactamente cuántos, saben que han perdido la pista al menos a 10.000 menores ¿Para qué quieren niños esclavos? Básicamente para sexo, para meterlos en sitios donde abusen de sus cuerpos y destrocen sus vidas.

Esos niños llegaron a Europa huyendo de la guerra y nosotros no les dejamos pasar. Los que sobrevivieron a las frías aguas del Mediterráneo llamaron a nuestras fronteras y nosotros les dijimos que era muy caro atenderles. Como en un cuento para niños carnívoro y esperpéntico dejamos a esos niños llamando a la puerta, mientras fuera, en el bosque hacía frío y nevaba y los lobos aullaban... Y lo sabíamos. Los ciudadanos que nosotros pusimos ahí con nuestro voto lo sabían perfectamente. La Red Europea de Defensores de la Infancia llevaba tiempo pidiendo a los líderes europeos un plan urgente para garantizar la seguridad de los niños refugiados en Europa. Decía que los niños refugiados "presentan un alto riesgo de sufrir abusos y robos, de ser separados de sus progenitores, de caer en las redes de tráfico de personas, de padecer enfermedades e incluso morir". Nadie escuchó. En Dinamarca les confiscan a los refugiados sus pertenencias, en Gran Bretaña pintan sus puertas de rojo y en toda Europa miramos para otro lado con la puerta bien cerrada.
Ahora sabemos que los lobos los están devorando, pero tampoco veo que hagamos nada, no veo indignación, no veo acción, no veo trending topics, no veo portadas, ni apertura de informativos hablando de eso... Eso es lo peor: hemos dejado que los depredadores den caza a esos niños y ahora que lo sabemos, tampoco vamos a hacer nada para evitarlo. No solo fuimos insolidarios, no solo fuimos inmorales, no solo despreciamos nuestras propias leyes y tratados... Somos un atajo de blancos sedentarios y fofos, anestesiados por la tecnología y la cantidad de información, drogados por el deseo de llevar objetos brillantes a nuestras casas, embotados en sueños egocéntricos sobre riqueza y fama, incapaces de reaccionar cuando vemos la maldad delante de nosotros... Yo mismo aquí, desde mi sillón, apenas se me ocurre nada mejor que hacer, que escribir

Algunos no se explican dónde miraban los ciudadano alemanes mientras asesinaban a su alrededor a millones de judíos, gitanos o disidentes del régimen nazi. Miraban al mismo lugar que miramos nosotros ahora.


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